jueves, 29 de diciembre de 2016

Día 1- El regreso

Amanecemos en nuestro hogar de Tesalónica, esta vez sólo para dos, nerviosas, emocionadas y felices, sabiendo que vamos a reencontrarnos con la gente que ha marcado nuestro año.

Pasamos a recoger a Filipa, una voluntaria portuguesa que lleva en Sinatex una semana, y que junto a Andrea, a quién todavía no conocemos en persona, y junto a Alex, continúan con el proyecto independiente en el campo.

Durante el largo viaje en autobús, Filipa nos pone al día de las novedades del campo, le contamos nuestra experiencia del verano y nos empezamos a conocer, sintiendo desde el principio que tenemos ideas y maneras de enfocar el proyecto, comunes.

Al acercarnos al campo, y ver Sinatex a lo lejos, desde la carretera, la emoción aumenta al ritmo de nuestros pasos. En ese momento, no podemos evitar pensar en cuánto nos gustaría poder compartir ese instante con el resto de nuestro equipo. Ese sentimiento nos acompaña durante el resto del día. We miss you my friends!

Al entrar a Sinatex, como el clima no acompaña, apenas hay gente en el exterior, lo cuál nos concede el tiempo necesario para cada reencuentro. Sus caras de sorpresa, seguidas de grandes abrazos. Se acuerdan perfectamente de nosotras, de nuestros nombres. Despues del “How are you my friend?” viene “Where is Raul?Where is Sara? Where is Javi?Where is Nerea? Why not coming?”.

Los más jóvenes, corren al interior a dar la noticia de nuestra llegada, y la gente poco a poco se acerca a recibirnos, y otros tantos, siguen con las caras de sorpresa. Nos alegra mucho que nuestra llegada a Sinatex sea una día feliz para ellos. Algunos reencuentros son realmente especiales y emotivos para nosotras y ellos/as.

Entramos a Sinatex y vemos que es un campo totalmente distinto. Nuestro mayor temor durante estos meses ha sidoque siguieran en las tiendas de campaña, soportando el frío de esta zona, y nos encontramos con unas instalaciones renovadas.
Hace quince días se han construído unas habitaciones de madera, tienen nuevos colchones para todos y calefactores. Todo el mundo en Sinatex tiene su propio espacio, que más o menos puede asemejarse a un hogar. Independientemente de las mejoras, seguimos creyendo que no es un lugar en el que vivir, ni es lo que se merecen.

Seguimos con los saludos a las distintas familias, con las consiguientes invitaciones a comida y té(madres, tranquilas, estamos bien cuidadas). Aprovechamos para hablar con ellos/as sobre estos meses, sobre cómo se encuentran y para que nos cuenten lo que les apetece hacer durante estos días con nosotras. Percibimos que su ánimo está un poco estancado. A diferencia del verano, cuando tenían mayores expectativas de su posible reubicación en otro país de acogida, creemos que han aceptado que esa va a ser su casa durante una larga temporada.

Después del almuerzo con nuestra madre siria, vamos a visitar la nueva escuela. Debido al frío, era imposible seguir dando las clases en las tiendas del exterior, y hace un tiempo se habilitó un sótano inutilizado a modo de clase. El mobiliario y la infraestructura siguen siendo precarios, pero se asemeja al concepto de aula.

Acompañamos a Filipa en su clase de inglés para principiantes y colaboramos con ella. Nos sorprende ver algunas caras nuevas. Tras la clase, Alan e Ismael, dos jóvenes a los que no conocíamos, nos invitan a su “hogar”, en el que parece que es la hora de merendar... Nos cuentan que han comenzado hace poco tiempo a participar en las actividades del campo y de la escuela, y que durante el verano pasaban el día en su tienda y no se relacionaban con nadie, se sentían muy desanimados. Cada persona pasa por un proceso de adaptación distinto. Tener que huir de tu casa, pasar una odisea para acabar viviendo en esas condiciones, y además, ser adolescente, no es fácil. Nos alegra ver que, por difícil que sea, todos sacan fuerzas para seguir adelante. No podrían hacerlo sin el apoyo de su familia, algo de lo que quizás nosotros deberíamos aprender.

Nuestros nuevos amigos comparten con nosotras un día de duelo para ellos. Su abuelo ha fallecido. Durante tres días se ha establecido el luto en el campo, que incluye que las mujeres de la familia, cocinen para todo el mundo. Para honrar al fallecido, disfrutan conjuntamente de la cena, eso sí, los hombres por un lado y las mujeres por otro.

Comienza la celebración, y consideramos que es el momento de regresar a casa, y así aprovechamos también para reunirnos con Filipa y organizar, boli en mano, todas las ideas que han ido surgiendo durante el día.

Con poco más que contar, y mucho que procesar, nos despedimos hasta mañana.

Gracias a los que nos estáis leyendo por seguir esta andadura. Y sobre todo GRACIAS a quienes habéis acudido hoy a la proyección del documental “I'm from Syria” en el Joaquín Roncal, que ha colgado el cartel de aforo completo, y donde, la otra parte de este equipo continúa trabajando en la distancia para este proyecto.

PD: Sentimos no poner fotos, con tantas emociones, nos hemos olvidado sacar la cámara.


1 comentario:

  1. Que bonito y emocionante, ha sido esta lectura, casi , casi...me he sentido allí. Ánimo os esperan días duros, pero muy, muy gratificantes para vosotras.

    ResponderEliminar