miércoles, 4 de enero de 2017

Día 7: Un día agotador

Otra vez la alarma del móvil pasa desapercibida durante unos minutos para nuestro estado comatoso. La falta de sueño, de manos y de coche va cada día aumentando nuestro cansancio y nos gustaría hacer más y mejor, pero el día pasa como un relámpago, así que debemos mantener la mente fría y pensar que hasta donde lleguemos, estará bien hecho. No obstante, cada comienzo del día saltamos de la cama con energía y pensando que ya descansaremos cuando volvamos, porque lo que más deseamos es aprovechar el tiempo que estamos aquí.

Antes de ir al campo tenemos que completar unas compras del día de ayer, así que nos dirigimos al centro de la ciudad nuevamente. Está abarrotado, queremos ir rápido y salir de ahí cuanto antes. Recado tras otro, completamos la lista de la compra en tiempo récord y nos vamos al bus.

Como vais leyendo, prácticamente todos los días nos encontramos con algún amigo y visitante de Sinatex, hoy no ha sido menos. Hemos tenido el placer de conocer al padre de Olin, una encantadora joven del campo. Él ha venido a visitar a su familia, pues ya posee el permiso de residencia en Alemania, donde ahora espera juntar a toda la familia. Siempre es emocionante escuchar este tipo de historias, nos encanta que después de meses, o incluso años, una hija se pueda abrazar con su padre.

Al llegar al campo nos ponemos a completar unos detalles que nos faltaban de la lista sobre problemas visuales que hicimos el lunes. Sólo nos lleva unos veinte minutos. Veinte minutos de rechazar tés y almuerzos también, para aprovechar el día, pero al final es imposible!! Poco más que te cogen de la oreja para que vayas a pasar un rato con ellos en sus casas, les encanta ser anfitriones, imagino que ya os habréis dado cuenta.


Con la Familia de Khalil y Afamia

Malak preparando el almuerzo

Total, que un par de almuerzos seguidos después, bajamos a la escuela para distribuir los tintes de pelo para las mujeres. Nada más llegar vemos que aquello va a ser una odisea... pocas están del todo conformes con su tonalidad y otras quieren otro color diferente del que nos han pedido. Una locura que nos agota por su impaciencia. Pero bueno, una lección más aprendida para saber cómo hacerlo en futuras ocasiones sin que acabemos con una sonata de tambores dentro de nuestras cabezas.

Después del reparto y de que Filipa y Andrea hayan cerrado el salón de belleza,tras teñir unas pocas cabezas, decidimos volver todas juntas a Tesalónica para hablar un rato en el autobús sobre el futuro de Sinatex y sobre las necesidades económicas del campo. El equipo independiente que encabezan Andrea y Alex, se encarga de repartir asiduamente aceite, arroz, ajos, jabones para la vajilla y la ropa y lana. Un dato que hasta ahora no conocíamos y muy útil para la gente del campo.

Andrea también nos pone al día sobre la situación del proceso de reubicación. Lo esperado es que en unos seis meses todas las 160.000 personas (aprox.) que actualmente viven en campos griegos ubicados dentro de la península, lleguen a sus destinos europeos esperados. Entonces, se comenzará a tramitar una segunda reubicación para las personas que llevan ya tiempo viviendo en campos, mucho más precarios, de islas griegas como Lesvos, Kios o Moria. La cifra probablemente sea mayor que en este primer proceso. Campos como Sinatex, serán en ese momento el hogar de otras cientos de familias cuyo único aferro será eso que a nosotros, y con nosotros me refiero en este caso a la gente afortunada de tener un techo propio, nos falta tanto, la paciencia.

Aunque no venga a cuento en este post, así arriman el hombro los militares...



 

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