Comenzamos
el último día del año expectantes por lo que nos espera hoy.
La
almohada, fuente de inspiración, nos sugiere que dada la amabilidad
con la que cada día nos acogen en Sinatex, queremos tener un
detalle, así que decidimos ir a comprar algunos dulces para todo el
mundo.
Cargadas
hasta arriba(somos el foco de atención de la fila del súper), vamos
a por el bus que nos lleva al campo. Los desplazamientos aquí son
complicados, y nos toca esperar en la central de autobuses durante
más de una hora, así que se desmorona nuestro plan de la excursión
a la montaña, porque no llegaremos a Sinatez antes de la 1, y a las
5 ya es de noche...Nuestro gozo en un pozo!
Empezamos
el día relajadamente. Pasamos un rato con Zoida. Siente que es un
momento para estar en familia, y enseguida manda llamar a Muslim, su
marido, y a sus dos hijos. Aunque no hablan mucho inglés,
conseguimos entendernos, y compartir momentos de nuestras vidas.
Zoida and family
Mientras
tomamos un té, uno de los jóvenes viene a buscarnos para
proponernos una clase de inglés, porque hay mucha gente que quiere
dar clase, a pesar de que sea sábado, y nochevieja, y a la que no
nos podemos negar, aunque no la hayamos preparado, así que vamos a
darla. Finalmente tenemos mas alumnos/as de los esperados y les
adentramos en el fascinante mundo del verbo “to have”.
Se
acerca la hora de los preparativos de la noche, y nosotras vamos a
preparar los dulces para la noche. Al terminar, Almas nos recibe con
una mesa repleta de manjares sirios.
Hacemos
algo de tiempo hasta las doce, hablando con unos y con otras, jugando
con los peques y algunas adolescentes nos enseñan una coreografía
que han estado ensayando.
El festín de Nochevieja
De
repente, la música comienza a sonar en cada rincón de Sinatex. Al
parecer, las familias que están de luto han decidido interrumpirlo
por unas horas para que todo el mundo pudiera celebrar la entrada al
nuevo año. Pronto comienza a acercarse más y más gente, que se
animan a bailar.
Tomamos
cierta distancia para disfrutar del simple momento de verles a ellos
disfrutar también. Aprovechamos para contactar con nuestras familias
y compartir con ellas ese momento tan especial.
Las
fotos y los vídeos se suceden uno tras otro, y todo el mundo hace
como nosotras, contactando con la gente que tienen lejos para
mostrarles lo mucho que todo el mundo está disfrutando.
No
tardan en invitarnos a unirnos al baile. Así que, a pesar de la
vergüenza, nos lanzamos a la danza kurda, un baile tradicional en
comunidad, en el que todo el mundo marca el mismo compás una y otra
vez, sin descanso (ríte tu de las jotas maño!).
Baile kurdo
Tras un
rato de jolgorio, se acaba la batería del altavoz, así que los
problemas técnicos, ponen fin a la fiesta. Besos y abrazos
felicitándonos el año nuevo, y pasteles para todos.
Pero en
Sinatex, la noche es joven, y nos juntamos con algunos de nuestro
amigos, charlamos, reímos y alguno hasta se arranca a bailar
flamenco. Todos estamos disfrutando, pero somos incapaces de
mantenernos despiertos, así que damos por terminada nuestra fiesta
particular. De camino a la cama, observamos por primera vez el campo
vacío y en silencio, una sensación muy extraña. Nos acurrucamos en
nuestra camita. Feliz año chavales!
Sssshhhh!! Se duerme
Pocas
horas después...el silencio se acabó! Mamá Almas nos trae el
desayuno a la cama.
Como
ayer fue un día poco productivo en cuanto a tareas pendientes, y nos
hemos hecho muchos propósitos de año nuevo, nos ponemos las pilas y
a currar!
Pillamos
a Ahmed por banda, para responder las cartas que nuestro compi Raúl
escribió con sus alumnos/as de Zaragoza. Al proponérselo, Ahmed
accede enseguida a hacerlo, con la sonrisa y sus ojos brillantes de
emoción que le caracterizan.
Al
terminar, preparamos con “Juanito”, su hermano mayor, un vídeo
que nos propuso hacer el primer día, en el que quería expresar sus
vivencias y andaduras en su viaje hacia Europa.
Al
regresar, su madre nos espera con un delicioso desayuno con
diamantes. Nos enseñan fotos de Alepo y de su familia y amigos. Nos
emociona mucho ver momentos tan importante de sus vidas, como bodas y
otras celebraciones, al mismo tiempo que nos entristece ver sus
rostros, que muestran que un día tuvieron una vida más feliz.
Aunque
el amor que desprenden nos atrapa, decidimos ir a visitar a Malak.
Sabemos que no está pasando un buen momento y queremos compartir un
rato con ella. Malak es muy expresiva y abierta, y nos cuenta sus
aventuras y desventuras en Siria, Turquía y en el campo. Todos
tienen historias muy similares, pero la forma en la que ella nos
cuenta sus vivencias es indescriptible.
Son las
6 de la tarde y después de un día entero en el campo, estamos
saturadas y embotadas. No podemos imaginar lo que debe ser permanecer
allí durante 7 meses...
Cuando
decidimos ponernos en marcha, nos encontramos Txema y Ferrán, dos
voluntarios españoles, con quienes coincidimos en el avión y
autobús hacia Tesalónica, que están visitando varios campos y
conociendo los distintos proyectos. Como somos las únicas
voluntarias en el campo, les explicamos el funcionamiento actual.
Nos
comentan que quieren visitar otro campo, y nos unimos a ellos. Vamos
a DERVENI?? Nos cuesta encontrar a alguien que hable inglés, pero
pronto comienzan a movilizarse y a avisar de nuestra llegada a los
traductores del campo. Entramos dentro de la nave. Allí todavía
siguen en tiendas de campaña. Una vez más nos damos cuenta que en
Sinatex son muy “privilegiados”, ya que en otros campos parece
que las condiciones son peores. Nos cuentan la situación que tienen.
Solamente cuentan con el trabajo de un voluntario independiente, y no
hay ninguna organización que esté impartiendo clases, o actividades
para niños/as ni adultos/as. Como no podía ser de otra manera, nos
insisten en tomar un té, que no podemos rechazar y, dentro de la
tienda, hablamos largo y tendido.
El día
no ha acabado. Hoy tenemos invitadas para cenar. Hemos quedado con
nuestras compañeras en nuestra casa para celebrar con ellas el año
nuevo. Invitamos a Ferrán y Txema a que se unan a la cena.
Al
llegar a casa, encontramos una gran sorpresa. Nuestro casero,
Alexandrus, nos ha dejado como obsequio en la entrada varios dulces
griegos y una botella de vino.
Nuestras
compis traen una invitada, Natasha, una refugiada paquistaní, que se
ha visto obligada a abandonar los campos por el acoso que sufre por
su condición transgénero. Recientemente ha intentado salir de
Grecia, ayudada por Begoña y Mikel. Ya os hablamos de este tema en
el segundo post del viaje, y os invitamos, si no lo hicisteis, a leer
en el enlace de la noticia de su detención y las razones de esta
acción.
Al
acabar la cena, les mostramos el documental, y surgen nuevas ideas de
proyectos y proyecciones en sus ciudades.
Un buen
rato más de charla, y de puesta en común de impresiones sobre las
dinámicas de los campos, y los problemas que innecesariamente
imponen a la gente que verdaderamente quiere ayudar, de una forma
cercana y humana. Os contaremos en los próximos días los
impedimentos que DRC están poniendo a los proyectos independientes.
Nos
despedimos tras un finde intenso, una vez más a las tantas de la
mañana(maldito blog!)
Independent's rules!
Un día más , al hacer la lectura,me parece estar leyendo un libro, que me adentra en el campo y hace partícipe, de vuestras vivencias.
ResponderEliminarNo descarteis la idea de escribirlo con todo lo experimentado.
Uffff.... Qué duro y qué gratificante a la vez. Cada vez que leo lo que escribís termino con ganas de llorar. Gran trabajo el que hacéis con todas esas personas, tenéis toda mi admiración y apoyo. Si se os ocurre cualquier cosa que se pueda hacer desde Zaragoza, no dudéis en escribirlo, y seguro que sale adelante. La gente, desde aquí también tiene muchas ganas de ayudar. Feliz año para todas y todos
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