miércoles, 17 de agosto de 2016

Dia 3. Nuestro sitio

Hoy nos levantamos con la sensación de que puede ser un gran día.

Después de poner en común el punto de vista de todos, elegimos desarrollar nuestro voluntariado en el campo de Sinatex.

Desayunamos y nos ponemos en marcha para buscar vehículo. Después de unas cuantas gestiones y nervios... ¡Por fin tenemos furgoneta!

Sinatex está a unos 25 kilómetros de Salónica. Hoy hace muchísimo calor y cuando llegamos, la mayoría de la gente todavía permanece en sus tiendas. En la parte de fuera, donde se desarrollan las actividades, hay unos cuantos niños en  clase de inglés y árabe.

Todavía no está Alex, la coordinadora de voluntariado con la que tenemos que hablar. Mientras tanto, aprovechamos para conocer a unos adolescentes que no tardan en acercarse a hablar con nosotros.  Nos cuentan como están, su día a día, lo que les gustaría hacer. Enseguida se abren a nosotros y nos cuentan sus crudas vivencias en la guerra de Siria.

Por fin llega Alex y mantenemos una reunión con ella y con algunos voluntarios más. Exponemos nuestro proyecto y nos da libertad para poder desarrollarlo. Empezamos a hacer un planing. Vamos a hacer actividades de construcción, decoración, actividades deportivas con niños y con adultos, talleres con mujeres…. Nuestro objetivo principal es motivar a la gente para que salga de sus tiendas y realicen actividades, que pasen ratos entretenidos, en definitiva , ayudarles a que su vida allí sea algo más llevadera.

El siguiente paso es presentarnos como voluntarios a los policías y militares para que nos dejen entrar dentro del campo. En esta ocasión no nos ponen ningún problema.  Únicamente nos piden la documentación, les contamos que vamos a estar once días y parece que no va a haber ningún problema en que podamos movernos libremente por todo el campo.

                                                            Visitando Sinatex


Entramos y enseguida recibimos saludos, sonrisas y miradas curiosas. Mientras vamos andando nos encontramos a un grupo de mujeres de la misma familia sentadas en una tienda. Están fumando y tomando café y les falta el tiempo para invitarnos a entrar. Es importante en su cultura, descalzarse para entrar en las tiendas. Nos sentamos con ellas y empezamos a conversar. Cuesta mucho por el idioma, pero nos logramos entender. Tienen muchas ganas de hacer cosas nuevas para entretenerse. Les preguntamos que les gustaría hacer y se emocionan al pensar en algunas cosas que proponemos y otras que aceptamos.  
Poco a poco empieza a llegar gente y acabamos haciéndonos fotos y saliendo fuera a pasar un rato todos juntos. 
Empiezan a acudir niños, que por supuesto, acaban captando toda nuestra atención. Nos emociona ver que aun en las circunstancias en las que se encuentran son felices. Conforme la edad de la gente aumenta, esto va cambiando.  Sus padres, observadores de nuestros juegos en este momento, tienen una mirada triste, perdida en ocasiones, que no nos pasa desapercibida.

Cuando decidimos que nos tenemos que ir para seguir con el trabajo de preparación de actividades fuera del campo, nos damos cuenta de que son las cinco de la tarde. Hemos perdido por completo la noción del tiempo. Ni siquiera hemos comido.

Cuando vamos a montarnos en la furgoneta nos encontramos con una familia. Se están despidiendo de tres de sus miembros  que dan decidido irse a Atenas. La situación es muy dolorosa para ellos. Comentamos que ni siquiera saben cuándo volverán a verse…

Nos vamos del campo, comemos, hacemos la compra y empezamos a preparar actividades.
Hoy nos retiramos pronto… Necesitamos descansar para comenzar a trabajar con fuerza. Mañana os contamos qué tal va nuestro primer día de actividades.


Gracias por leernos!

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